Muy a menudo mis estudiantes tienen dudas sobre cómo escribir la introducción en su trabajo de investigación. Son diferentes motivos los que paralizan la escritura. Entre estos motivo está el miedo a hacer afirmaciones que comprometan juicios u opiniones.
La escritura académica es un género discursivo bastante bien estructurado. Al igual que la noticia, el ensayo o el copy publicitario, los textos académicos poseen una estructura con la que sus lectores (académicos/científicas) están familiarizados. Aunque he sido investigador más de 12 años, tuve la oportunidad de aprender esto, hace tan solo 5 años. Antes de ello escribir introducciones me paralizaba. Me invadía sobre todo la duda de si con mis afirmaciones no estaba sesgando la opinión del lector, llevando su atención a la respuesta a problema: mi ingeniosa o modesta contribución. Me sentía falso, un poco impostor.
No te mentiré. La introducción tiene un objetivo instrumental, hacer que la gente sepa algo nuevo, pero también dialógico, que la gente opine sobre algo que sabe. Aunque en clase me gusta ejemplificarlo como si se tratará de una Estrategia de Marketing ("Hay un problema así de gordo + descrito por la literatura + en el que falta aún nueva evidencia + y se me ha ocurrido preguntarme esto + para recoger evidencia sobre ello"), es mi responsabilidad aclarar que no se trata de esto. Esto no quita que muchos colegas y pseudo-científicos no emplean discursos malintencionados.
La introducción es como la bienvenida. Es la antesala de lo que le espera al lector en las siguientes páginas. Su poder de persuasión no está basado en el engaño sino en crear complicidad de que aquello que leerá le permitirá aprender más sobre un tema o bien compartir o debatir con tu punto de vista. Si bien como todo discurso corre el riesgo de ser instrumental (a efectos del marketing académico), hay que míralo como una oportunidad para presentar algo que podría ser interesante para nuestros lectores, con dosis proporcionales de (auto)convencimiento y humildad. Importante recordar que al final de cuentas, el lector tiene el poder de decidir si debe creernos, escrutar nuestras ideas. Aunque nosotros elaboramos el discurso, nuestro lector tiene la última palabra.
¿Cómo puedo escribir la introducción de mi trabajo?
No hay una fórmula exacta o única. Pero sí unos rasgos distintivos, información que cualquier lector debe encontrar cuando se abre camino en tu trabajo. En clases de Metodología de Investigación, me gusta gusta trabajar con las siguientes preguntas:
¿Cuál es el objeto de estudio o tema que estoy investigando?
¿Qué se sabe del tema y por qué se necesitan más datos?
Dicho lo cual, ¿cuál es el objetivo final de este trabajo?
¿Por qué puede ser relevante mi trabajo?
Consejos:
Presenta el objeto de estudio desde un ámbito general que permita conectar al lector desde los que ya conoce sobre el tema, para vincularlo con la particularidad.
Presenta evidencia: datos objetivos (números, informes, citas) que permitan al lector entender de manera sencilla qué es lo que se conoce hasta ahora del tema y cuál es el área de oportunidad o nicho de investigación (qué no se sabe/qué necesitamos profundizar).
Enuncia el objetivo de tu trabajo. A partir de las carencias en la investigación, presenta la dirección que tomará tu trabajo.
Detalla la relevancia o impacto de tu trabajo para tu área de conocimiento, la sociedad y/o el desarrollo de futuros trabajos.
Una forma sencilla de hacer este ejercicio es desarrollar las preguntas y puntos a manera de párrafos. No obstante, como bien comento, no hay una única forma. Booth et al. (2009) aconsejan adoptar un estilo según la disciplina o incluso el tipo de revista. Siendo profesional de la publicidad, me decanto por una estructura tipo Storytelling que lleve al lector de lo genérico a lo particular. Con todo ello, no soy el máster escribiendo introducciones. Aún me quedan años para mejorar. Tampoco soy la autoridad para juzgar el trabajo de los demás. No obstante, te invito a evaluar estos rasgos la próxima leas un artículo científico.
J. Roberto Sánchez-Reina. (2024) Rizoma Redes.
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